Hoy en día se ha puesto de moda etiquetar a las personas. La tendencia es individualizarnos y al mismo tiempo categorizarnos dentro de un grupo minoritario o diferente. Parece que ya no es "guai" aspirar a ser normal, ni tampoco práctico. Y es que, puede ser beneficioso que te identifiques en función de tu personalidad o preferencias. Por ejemplo, cuando buscas una relación, especificar que eres "Demisexual" puede ser útil para descartar a aquellas personas que buscan mantener relaciones sexuales esporádicas.
No obstante, este artículo va dirigido a otro tipo de etiquetas: aquellas que, lejos de buscar una utilidad, tienen un fin peyorativo. Casi todos hemos sufrido la agresión de alguien, que si bien por desahogarse contra nosotros, nos ha diagnosticado con un trastorno. Por ejemplo: –"Me engañaste y te fuiste con otra... ¡Eres un Psicópata Narcisista!"-, o –"Debes ser un poco autista, ya que no me entiendes"-.
Tampoco faltarán aquellos que justifiquen sus limitaciones o fracasos autoetiquetandose. Por ejemplo: –"Tengo TDAH, por eso suspendía tanto en clase... Ningún Psicólogo me ha diagnosticado, pero yo sé que lo tengo...-.
En este artículo vamos a tratar este asunto de manera profesional.
Los diagnósticos.
A muchas personas se les ha olvidado (o no conocen), para que se diagnostica a las personas. Sobre esto, los psicólogos tenemos dos principios que seguimos a rajatabla:
- Las etiquetas, en tanto que diagnósticos tienen un valor predictivo, dirigido a determinar cual sera el mejor tratamiento terapeutico dependiendo, entre otras cosas, del trastorno o patología que padezca el paciente.
- NUNCA se diagnostica para juzgar al paciente, ya que hacerlo implica vulnerar el código deontológico, y supone una mala praxis que perjudica directamente al mismo.
Sin diagnóstico NO hay trastorno.
Y si, las dificultades que sufren aquellas personas que padecen una patología o trastorno, están presentes mucho tiempo antes de que este se diagnostique. Pero estas dificultades pueden obedecer a un sinfín de situaciones y circunstancias, incluidos otros trastornos. De hecho, en psicología trabajamos con un elemento llamado "Diagnóstico diferencial".
El Diagnostico diferencial se compone de aquellos otros trastornos y patologías que pueden producir síntomas similares al que se plantea como hipótesis, y que deben descartarse antes de poder diagnosticar al paciente.
De tal forma, una persona que se intuye padece TDAH, bien podría estar padeciendo en realidad, trastorno del espectro del autismo (TEA), algún tipo de trastorno de ansiedad, trastorno del estado de ánimo, o incluso trastornos de conducta.
Es por esto que NO podemos señalar a una persona con un trastorno "por bandera", si no ha sido previamente diagnosticada por un profesional.
El efecto Rosenthal.
¿Y si te dijera que lo que las expectativas que otros tienen sobre ti, influyen directamente en tu autopercepción, llegando incluso a poder cumplirse? El efecto Rosenthal ha sido estudiado y se han realizado experimentos científicos sobre el mismo. De tal forma, si una persona te hace atribuciones constantes, puedes llegar a asumirlas como una realidad, y a actuar en consecuencia, con las limitaciones que ello supone para ti.
Rodéate de quien te quiera bien.
Es por ello que supone una gran ventaja para ti, que descartes y alejes a las personas que te juzgan y critican, y te rodees de aquellas que te quieren y te cuidan, valorándote positivamente.
¿Te sientes juzgado?
Trabajo codo con codo con profesionales que diagnostican y ayudan de forma funcional y eficiente desde hace casi 30 años, ayudando a personas, sin juzgarlas. Contáctame y podremos comenzar a trabajar juntos de manera sana, para poner solución a tus problemas.
Añadir comentario
Comentarios